Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación

  • Increase font size
  • Default font size
  • Decrease font size
  • Contato

Site Map

"Como jóvenes, tenemos la obligación y también el derecho de nos posicionar dentro de las sociedades"

Roberto Chávez, integrante de la Red Joven de ALER, considera que el intercambio de experiencias entre jóvenes de diversos países y la producción comunicacional descentralizada ha fortalecido y enriquecido la participación de la juventud en las transformaciones sociales

En el año 2009, la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER) dio inicio a un proyecto pionero: Invitó a sus 107 radios y colectivos afiliados, presentes en 17 países de América Latina y Caribe, a participar en una red donde jóvenes pudiesen intercambiar trabajos en radio y experiencias con el propósito de fortalecer el poder de incidencia política y expresión de la juventud.

Nacía la llamada Red de Productoras y Productores Jóvenes de ALER, que se consolidó como un espacio de participación e incidencia juvenil a partir de la comunicación popular, que enfoca tres ejes: formación política, producción radial y generación de sentidos. La CLADE habló sobre esa iniciativa con Roberto Chávez, joven de 25 años que integra la Red, además de formar parte del colectivo de comunicación El Churo, de Ecuador. De acuerdo al joven, para ALER, la existencia de la Red también aporta a la programación un enfoque juvenil, para así contribuir a la construcción de una radio más participativa, intergeneracional, diversa y democrática en Latinoamérica y el Caribe.

Lea la charla completa a continuación.

¿De qué manera entraste a participar en la red?

ALER, desde al año 2009, empezó a constituir una red joven, en la cual radios, colectivos y organizaciones que trabajan y conocen su trabajo han venido acercándola a propuestas juveniles que tienen cada una de sus radios y colectivos. A partir de ese año empezamos a tener trabajo en formación política, producción radial y generación de sentidos. Y eso nos ha permitido abrir un panorama de todo lo que es Latinoamérica y todo que nosotros y nosotras jóvenes hacemos en radio en Latinoamérica.

¿Cómo ha sido ese proceso de formación?

El proceso empezó con un concurso juvenil, dónde se presentó propuestas de comunicación y de radio de diferentes sectores de América Latina, a partir de las cuales empezamos a trabajar comunicación. Entonces hemos tenido la oportunidad de nos reunir ya dos veces, y venimos definiendo un plan político comunicacional que va de la mano con todo nuestro trabajo. Las radios que son parte de Aler tienen un trabajo en comunicación bastante amplio, acercando a lo que es la comunicación comunitaria y la comunicación política. La red joven agrupa a chicos y chicas de diferentes radios que trabajan esas propuestas. Entonces también se habla de un recambio generacional, una nueva forma de mirar la radio en América Latina.

¿Formas parte en el Colectivo El Churo? ¿Podrías hablar un poco sobre el trabajo allí desarrollado?

El churo es un caracol marino, que existe en la sierra de Ecuador y en toda la zona andina. Cuando se le corta un pedacito, suena. Así que, como el churo, el colectivo invita a la minga, al trabajo, a la organización, y también a la fiesta y a la lucha. O sea, El Churo llama. Nosotros y nosotras ingresamos en ALER a través del trabajo en ese colectivo, que existe hace 7 años, y del cual hacen parte jóvenes, estudiantes o personas graduadas en Comunicación. Trabajamos principalmente con la radio comunitaria libre. A partir de 2009, como colectivo, ingresamos a la red joven y estamos participando y aportando en su fortalecimiento y también en buscar nuevas radios, nuevas voces, de toda Latinoamérica, que quieran participar también de la red. Ha sido ALER la puerta para que en diferentes espacios y rincones, también esté presente la voz de las/los jóvenes y también la El Churo.

¿Qué cambios hubo en el trabajo del Colectivo después de su entrada a la red?

Nos ha dado la oportunidad de entender que la realidad de América Latina en relación a jóvenes es mucho más amplia y quizás, como en Ecuador tenemos dificultades y problemáticas juveniles, en otros países también los y las jóvenes tienen sus luchas. Ese nivel latinoamericano de trabajo nos ha permitido entender las necesidades que como jóvenes tenemos y tratar de nos posicionar dentro de las agendas públicas, de las agendas políticas de los Estados, a partir de la comunicación. Eso nos permite sostener otros procesos con legitimidad. Muchas veces los y las jóvenes de América Latina siguen sin ser escuchados en los medios de comunicación. Luego, hemos construido nuestros medios propios, otras herramientas que nos permitan seguir presentes dentro del panorama radial y comunicacional de América Latina.

¿Además de la radio, a qué otras herramientas te refieres?

Por el hecho de que somos jóvenes, las nuevas tecnologías han aportado muchísimo a nuestro trabajo. Ellas nos permiten visibilizarnos de manera gratuita, utilizando estrategias que nos permitan sostener todo lo que hacemos en la actualidad. Ejemplos son: las redes sociales como espacios de visibilización de grupos, colectivos y radios; la radio, que es nuestro hilo conductor; y, por otro lado, la lucha y la visibilización de otras personas. El hecho de que yo trabaje en un colectivo o sea parte de una organización, de una radio específica, no me impide de visibilizar a otros y otras que también participan en las sociedades.

En muchos de los países no existen radios juveniles, o no existen medios de comunicación donde la voz de los jóvenes sea parte. Entonces creamos medios de comunicación. Tenemos el blog de la red joven, y el programa Mochileros, que se transmite de viernes y sábado por el satélite de ALER y que le toman varias radios de América Latina. Cada uno de los grupos que hacen parte en la red produce el programa. Es una producción descentralizada y así se conocen las voces de diferentes países, no solo de uno.

¿Qué te parece la comunicación tradicional que hacen los grandes medios?

Pienso que ya era necesario que, en algún momento, empezaran a existir nuevas herramientas para que pudiéramos nos comunicar, como radios y medios a los cuales se accede por la Internet. Así que los medios de comunicación tradicionales también tienen que cambiar, renovarse, sostener propuestas nuevas de comunicación, además de preocuparse en ser más intergeneracionales. Si no nos construimos a partir da intergeneracionalidad, no podemos causar tanta incidencia. El hecho de que somos jóvenes no nos impide de hablar sobre cosas de los grandes, u otros temas, como los derechos de las mujeres o del grupo GLBTI. Nosotros jóvenes tenemos una propuesta política y esto impulsa también una decisión de los medios de comunicación tradicionales a buscar otros lenguajes y a acercarse a otros públicos. Los medios de comunicación comunitarios y populares nos permiten abrir ese panorama. Nos damos cuenta, en toda la América Latina, de que los medios públicos y privados tienen intereses de las empresas o de los gobiernos. Por su turno, los medios de comunitarios defienden, apoyan y sostienen los procesos sociales y juveniles.

¿Las temáticas que ustedes abordan hoy en el colectivo El Churro también cambiaron, desde su entrada a la Red Joven?

Sí. Toda esa visión latinoamericana nos ha permitido entender con mayor claridad los y las jóvenes de América Latina. Por otro lado, nos damos cuenta de que se miran los temas, muchas veces, desde el cotidiano y la localidad. Ahora tenemos la preocupación en presentar un panorama comunicativo más amplio. Nos hemos dado cuenta de que algunas luchas siguen manteniéndose, como por ejemplo, las luchas por el derecho a la educación y por los derechos humanos. Pero también percibimos que, en cada uno de los países, existen otras luchas que debemos sostener: la lucha por medios de comunicación populares, los derechos de las mujeres, etc. Percibimos que el panorama es mucho más amplio y sentimos esa necesidad de conocer otras experiencias, alimentarnos de otros espacios para que la comunicación se expanda y no nos sintamos como los únicos que tienen problemas y dificultades. En los países latinoamericanos, las dificultades son muy cercanas, pero no son iguales. Entonces, estamos en esa lucha en un mismo camino, pero con diferentes perspectivas.

¿Crees que la juventud está abierta actualmente a sumarse a ese tipo de trabajo?

Creo que por un lado existen muchas voces juveniles en América Latina, que reclaman, exigen, protestan, sonríen, sueñan, aman, etc. Esas voces han sido calladas porque no son importantes, o no son necesarias dentro de los Estados. Vemos que la juventud desde siempre ha sido un motor generador de propuestas y procesos políticos, culturales, artísticos y de otros diferentes tipos. Pero es importante que en eses momentos tomemos en cuenta que, como jóvenes, tenemos la obligación y también el derecho de nos posicionar dentro de las sociedades. ¿Y qué mejor espacio para eso que la comunicación? Por un lado, ella nos permite transformar a través de la palabra, de la imagen, de la comunicación no verbal. Nos permite también mostrar diferentes cosas y nos da la posibilidad de enfrentar a las dificultades que tenemos como sociedad. Ya que tenemos las herramientas, tenemos la propuesta de seguir nos sumando a otros y otras jóvenes, dentro de los diversos espacios donde es necesario luchar para que esos y esas jóvenes se expresen y tengan poder de decisión.