“Sembrando Esperanza, Cosechando País”: se realiza paro nacional agrario en Colombia
A diez días de minga, no hay grandes avances en los diálogos entre la Cumbre Agraria Campesina, Étnica y Popular y el Gobierno Nacional colombiano
9 de junio de 2016
Foto: Agencia Prensa Rural
El 30 de mayo se inició en Colombia la Gran Minga “Sembrando Esperanza, Cosechando País”, coordinada por movimientos y organizaciones de campesinas/os, trabajadoras/es del campo y pueblos indígenas. La minga, acción de la Cumbre Agraria Campesina Étnica y Popular, repudia el modelo económico y de desarrollo que impulsa el gobierno de Juan Manuel Santos y demanda una reforma agraria y una ciudad digna para alcanzar la paz, con justicia social y ambiental.
En la primera reunión con el gobierno el domingo 5 de junio, el movimiento acordó la liberación de las carreteras, las cuales habían sido bloqueadas por el gremio de camioneras/os, que apoya el paro. Por su parte, el gobierno se comprometió a respetar los derechos humanos durante las protestas, deteniendo las agresiones de las fuerzas públicas. Sin embargo, hasta el momento estos acuerdos no se cumplieron, y las fuerzas del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) han reprimido las protestas con violencia.
Una nueva reunión del gobierno con las y los manifestantes tuvo lugar ayer, 7 de junio, pero sin avances en el diálogo. "Ni el gobierno quiere empezar[las negociaciones] si no habilitamos el levantamiento temporal de algunos bloqueos, ni nosotros queremos empezar si se mantiene la represión", dijo Omar Fernández, vocero de la Cumbre Agraria.
Para la Cumbre, no hay garantías institucionales de que las protestas podrán desarrollarse sin violencia, por lo que fueron solicitadas medidas cautelares a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Hasta ahora, según la Cumbre, el paro agrario ya resultó en tres indígenas muertos, 200 personas heridas/os y 170 detenciones por acción de las fuerzas públicas, que actuaron para levantar los bloqueos de carreteras.
Demandas - Las y los trabajadoras/es del campo impulsan este paro ante la falta de cumplimiento a los compromisos firmados por el presidente Santos en las Cumbres Agrarias de 2013 y 2014, relacionados a acuerdos agrícolas.
Con la minga, las y los manifestantes también denuncian las detenciones arbitrarias, persecución, hostigamientos y asesinatos de líderes sociales y defensoras/es de derechos humanos en el país. Rechazan aún la nueva ley de seguridad ciudadana, que modificó el Código Penal y el Código de Infancia y Adolescencia, creando nuevos delitos y aumentando penas.
Esta ley se suma al nuevo Código de la Policía, que según críticos viola libertades fundamentales de las/os ciudadanas/os, puesto que concede a las fuerzas de seguridad autorización para reprimir manifestaciones y criminalizar a los movimientos sociales, proporcionando un apoyo legal a la violencia policial durante las protestas.
“Nos oponemos también de manera radical a la ley de seguridad ciudadana, que viola las libertades democráticas, al nuevo código de la policía y a la actuación represiva por parte del ESMAD contra las justas protestas de las personas”, dice la Cumbre en su llamamiento al Pueblo Colombiano a que se sume a este paro.
La minga se constituye de jornadas de movilización pacífica, marchas, concentraciones, plantones y encuentros culturales, que se realizan en todo el territorio nacional. Entre las reivindicaciones, se pide también alternativas sostenibles para el modelo de economía actual, contrarias a las actividades extractivistas que se desarrollan actualmente y ponen en riesgo los bienes naturales.
Santos dice que el Plan Nacional de Desarrollo (PND) no es negociable, aunque la ciudadanía se ha manifestado en contra del mismo. De acuerdo con la Cumbre, el PND ha favorecido a los Tratados de Libre Comercio, señala la privatización de recursos naturales y empresas públicas, ampliando la desigualdad, la exclusión de los pueblos campesinos y originarios, así como el aumento de la concentración de tierras y recursos. "El estado colombiano sigue sin escuchar u ofrecer alternativas sostenibles para dar solución de fondo y de manera estructural a la crisis económica, ambiental y social que se agudiza en todo el territorio colombiano".
El paro de docentes - Mientras ocurre el paro agrario, otros sectores sociales también se movilizan contra las políticas gubernamentales. El 1º de junio cerca de 300 mil maestros participaron en un paro nacional de 24 horas, convocado por la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode). La protesta exigía, entre otras demandas, mejoras en la prestación del servicio de salud de las y los docentes y sus familias, una educación pública y de calidad para todas las personas y condiciones dignas de trabajo para el magisterio.
En la región del Catatumbo (en Norte de Santander) y en el sur de Bolívar, áreas con grande población campesina, maestras/os y agricultoras/es se suman a la minga agraria para reclamar mejoras en el sistema educativo.
Las madres y los padres en esta región también apoyan el paro, pues creen que esta lucha favorece el futuro de sus niñas/os. En muchas de las escuelas del Catatumbo no hay restaurantes escolares ni pupitres, y la educación en la región, con profesoras/es subcontratadas/os, es de muy baja calidad y no respeta el modo de vida campesino.
Esta nota fue elaborada por Samuel Grillo, de CLADE
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