Educación e Implementación de los ODS: dónde estamos y cuáles son los desafíos futuros
Camilla Croso, coordinadora general de la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación y presidenta de la Campaña Mundial por la Educación, comenta los retos para la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el rol de la educación para alcanzarlos, en artículo para la iniciativa Together 2030.
24 de agosto de 2017
Foto: Archivo CLADE
Por Camilla Croso
La educación es el motor para promover la igualdad y poner fin a la pobreza y a las múltiples formas de discriminación, de manera más sostenible y duradera, así como para promover democracias fortalecidas, ciudadanía activa y paz sostenida. La implementación de toda la Agenda de los ODS se desarrolla de manera decisiva a través de una educación de calidad, equitativa e inclusiva y de aprendizaje a lo largo de toda la vida para todos y todos, lo que implica necesariamente sistemas educativos comprometidos con la justicia social, económica y ambiental.
Si bien observamos algunos avances en la puesta en marcha de la implementación de los ODS a nivel regional y nacional, con el establecimiento de procesos y estructuras intersectoriales y los esfuerzos iniciales para alinear los ODS con las políticas y legislaciones nacionales, también observamos importantes obstáculos e inconvenientes, en algunos casos.
El financiamiento de los ODS ha resultado particularmente desafiante. Para lograr el ODS 4, los presupuestos nacionales siguen siendo insuficientes y hemos visto reducciones en la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD). Es fundamental que los países donantes cumplan con su compromiso de destinar el 0,7% del PIB a la AOD, así como de invertir al menos del 4% al 6% del PIB en la educación. Al mismo tiempo, hemos visto países reduciendo su asignación de recursos a la educación e incluso suspendiendo artículos en su Constitución que protegían la financiación de la educación, como ocurrió en Brasil. La movilización de recursos internos debe ser una prioridad y subrayamos la importancia fundamental de la justicia tributaria, que desde nuestra perspectiva es el medio más importante para financiar los ODS, incluyendo el ODS 4. Se necesitan esfuerzos internacionales para apoyar las reformas de los sistemas tributarios nacionales y para desarrollar un organismo intergubernamental internacional inclusivo, que esté facultado y dotado de recursos para establecer y aplicar normas fiscales globales justas.
Los sistemas de educación pública subfinanciados no sólo no son capaces de impartir educación de calidad, equitativa e inclusiva, sino que desgastan el principio de la educación gratuita y dan lugar a la privatización, con informes de los actores con fines de lucro aprovechando las brechas en el suministro público y debilitando la responsabilidad de los Estados en asegurar e impartir el derecho a la educación.
A pesar del clima participativo en el que se desarrollaron los ODS y que ahora son objeto de seguimiento a nivel mundial, en muchos países se han ido cerrando puertas a la participación de la sociedad civil en el debate y la toma de decisiones sobre políticas educativas, con el aumento de la criminalización de los activistas del campo educativo, en particular de las y los estudiantes, como se observa actualmente en Honduras. Es fundamental que sepamos que la implementación de los ODS sólo puede llevarse a cabo en contextos de democracia fortalecida y participativa.
Por último, hay que recordar siempre la importancia de la educación para la promoción de la igualdad de género. La calidad y inclusión en la educación presuponen sistemas, currículos, materiales y procesos de enseñanza-aprendizaje que no sólo se comprometan a superar la discriminación y los estereotipos de género, sino que también promuevan el cambio en las relaciones de poder. Estamos hondamente preocupados por los inconvenientes que han tenido lugar desde la adopción de los ODS en materia de igualdad de género en la educación, pues algunos países incluso han suprimido las referencias al “género” en los planes nacionales y locales de educación, así como en los planes de estudio. Esto requiere un análisis más profundo de lo que está en juego y una mayor movilización, debate público y voluntad política, para que cesen tales inconvenientes y se protejan, respeten y cumplan los derechos humanos.
Traducción del inglés para el español: Ana Isabel Azevedo