Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación

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Educadoras en contextos de encierro de Argentina comentan los desafíos que enfrentan en su labor diaria

En respuesta a invitación de CLADE y GESEC, docentes comparten sugerencias y recomendaciones sobre el derecho a la educación de personas privadas de libertad en América Latina y el Caribe

27 de febrero de 2014

Liliana, Karina y Ana Lía viven en Argentina y son educadoras en diferentes contextos de encierro. Ellas, como otros profesionales de Argentina y Brasil, recientemente se sumaron a un espacio virtual de debates que reúne educadoras y educadores actuantes en las cárceles de la región [sepa más].

Las educadoras han destacado temáticas pendientes respecto a la educación en las cárceles en Argentina, como por ejemplo, el forcejeo general con el servicio penitenciario, la falta de independencia para la acción y el exceso de burocracia. “Lo que hoy nos limita mucho es la continua presión del servicio, la falta de cumplimiento de los acuerdos y la burocracia”, afirma Liliana, docente de la institución María Saleme de Burnichón, en Córdoba. Lea aquí su testimonio completo.

Ellas señalan además algunas demandas, como mayores presupuestos para materiales de estudio y de análisis sobre la educación en contextos de encierro, la profundización o la creación de cursos de especialización para maestras/os en este tema y mayor articulación de la educación en las cárceles con las instituciones de otros contextos.

“Todos los educadores e instituciones educativas que funcionan dentro de las Unidades Penitenciarias, deberán unirse, aunar esfuerzos, y trabajar en conjunto para poder ganar un espacio propio, lograr una identidad dentro del sistema, tener pertenencia”, sugiere Ana Lía, que es profesora de educación física en la Unidad Penitenciaria Nº 15 Batán, en Mar del Plata. Lea aquí su testimonio.

Las docentes asimismo mencionaron puntos interesantes, como la buena relación con las y los estudiantes y la apuesta en la educación como una herramienta muy importante con que cuentan los internos para revertir su situación y poder re-insertarse a la sociedad. “Me gusta el compañerismo que se crea, el lazo pedagógico con los alumnos. Cambiaría la visión del servicio penitenciario y el trato impartido”, opina Karina, educadora en la institución CEBJA 3-218, en Mendoza. Lea aquí su testimonio.

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