En acción policial de extrema violencia, 73 estudiantes son arrestados/as en la Universidad de San Paulo
Investigadores/as de la Universidad demandan más democracia y apertura a la participación de la comunidad académica en decisiones fundamentales para la institución
El último 8 de noviembre, la policía militar, con el apoyo de los carabineros, arrestaron a 73 estudiantes de la Universidad de San Paulo en una operación que involucró a dos helicópteros y alrededor de 400 policías montados a caballo y armados. Esa fue la respuesta del Rector a las protestas estudiantiles y de trabajadores/as que demandaban la salida de la policía militar del campus y que culminaron con la toma del edificio de la Rectoría por los y las estudiantes.
Durante la desocupación de la Rectoría, la policía sitió no solamente el edificio de la Rectoría, sino también el conjunto residencial de la USP, donde viven centenas de estudiantes de mayor vulnerabilidad económica, y lanzó bombas gas lacrimógeno contra los y las moradores/as, impidiéndoles de entrar y salir de sus casas. Ante la situación, el Sindicato de Trabajadores de la USP (SINTUSP) y las organizaciones estudiantiles se movilizaron recogindo dinero para el pago de la fianza de los y las jóvenes arrestados/as; ya los y las estudiantes de graduación y posgrado aprobaron un paro que ya lleva dos semanas y mantiene a los estudiantes en Asamblea.
Las manifestaciones comenzaron porque el Rector de la USP, João Grandino Rodas, autorizó el ingreso de la policía militar al campus sin promover previamente un debate más amplio con la comunidad académica sobre este tema -hasta principios de este año la guardia universitaria era la única responsable por la seguridad en la USP. Los y las estudiantes y el SINTUSP defienden el debate abierto sobre la permanencia de la policía en el campus y su papel, y proponen inclusive que caso se decida por mantenerlos en la universidad, los policías deben tener formación en derechos humanos para que sepan respetar la dignidad humana.
El Rector se hizo famoso al autorizar en el 2009, cuando era director de la Facultad de Derecho, el ingreso de la policía a sus dependencias para la reprimir a manifestaciones estudiantiles que demandaban mejoras en la educación. En septiembre del 2011, Rodas fue declarado “persona non grata” en la Facultad de Derecho por profesores/as, estudiantes y empleados. Durante el acto que se siguió a la declaración, el actual director de dicha Facultad, Antonio Magalhães Gomes Filho, le recordó a un público de 500 personas que el Rector fue laureado por la dictadura militar (lea más aquí: http://ultimosegundo.ig.com.br/educacao/reitor-da-usp-e-declarado-persona-non-grata-na-faculdade-de-direito/n1597249564682.html). A pesar de que Rodas no fue el candidato nominado por el Consejo Universitario, el gobernador del Estado de San Paulo decidió nombrarlo Rector, anulando la decisión de los miembros de esta instancia.
En declaración pública, investigadores/as de la universidad divulgaran su posición ante la situación: “Lo que está en discusión es las estructuras autoritarias de poder de la universidad no admiten la existencia de conflictos y no permiten la participación efectiva de la comunidad académica en la toma de decisiones primordiales de la institución. Estas estructuras revelan que están vigentes en la USP dispositivos de poder instaurados por la dictadura militar, entre los cuales, la falta de elecciones representativas para Rector y la interferencia del gobierno estadual en este proceso, así como la no derogación del anacrónico reglamento disciplinar de 1972”.
A seguir, lea la declaración completa de los y las investigadores/as de la USP (en portugués):
Nota pública de pesquisadores da Universidade de São Paulo sobre a crise da USP
“Nós, pesquisadores da Universidade de São Paulo auto-organizados, viemos, por meio desta nota, divulgar o nosso posicionamento frente à recente crise da USP.
No dia 08 de novembro de 2011, vários grupamentos da polícia militar realizaram uma incursão violenta na Universidade de São Paulo, atendendo ao pedido de reintegração de posse requisitado pela reitoria e deferido pela Justiça. Durante essa ação, a moradia estudantil (CRUSP) foi sitiada com o uso de gás lacrimogêneo e um enorme aparato policial. Paralelamente, as tropas da polícia levaram a cabo a desocupação do prédio da reitoria, impedindo que a imprensa acompanhasse os momentos decisivos da operação. Por fim, 73 estudantes foram presos, colocados nos ônibus da polícia, e encaminhados para o 91º DP, onde permaneceram retidos nos veículos, em condições precárias, por várias horas.
Ao contrário do que tem sido propagandeado pela grande mídia, a crise da USP, que culminou com essa brutal ocupação militar, não tem relação direta com a defesa ou proibição do uso de drogas no campus. Na verdade, o que está em jogo é a incapacidade das autoritárias estruturas de poder da universidade de admitir conflitos e permitir a efetiva participação da comunidade acadêmica nas decisões fundamentais da instituição. Essas estruturas revelam a permanência na USP de dispositivos de poder forjados pela ditadura militar, entre os quais: a inexistência de eleições representativas para Reitor, a ingerência do Governo estadual nesse processo de escolha e a não-revogação do anacrônico regimento disciplinar de 1972.
Valendo-se desta estrutura, o atual reitor, não por acaso laureado pela ditadura militar, João Grandino Rodas, nos diversos cargos que ocupou, tem adotado medidas violentas: processos administrativos contra estudantes e funcionários, revistas policiais infundadas e recorrentes nos corredores das unidades e centros acadêmicos, vigilância sobre participantes de manifestações e intimidação generalizada.
Este problema não é um privilégio da USP. Tirando proveito do sentimento geral de insegurança, cuidadosamente manipulado, o Governo do Estado cerceia direitos civis fundamentais de toda sociedade. Para tanto, vale-se da polícia militar, ela própria uma instituição incompatível com o Estado Democrático de Direito, como instrumento de repressão a movimentos sociais, aos moradores da periferia, às ocupações de moradias, aos trabalhadores informais, entre outros. Por tudo isso, nós, pesquisadores da Universidade de São Paulo, alunos de pós-graduação, mestres e doutores, repudiamos o fato de que a polícia militar ocupe, ou melhor, invada os espaços da política, na Universidade e na sociedade como um todo.”
En la página del SINTUSP, es posible encontrar más informaciones sobre la situación: http://www.sintusp.org.br/